jueves, 9 de julio de 2009

Cuiden el Templo

Hoy las comunidades judías en todo el mundo comienzan con una jornada de duelo y un ayuno estricto llamado “Ayuno de Tamuz”.

Los judíos recuerdan con tristeza la destrucción del Gran Templo de Jerusalén.

Esa fue la peor tragedia espiritual de Israel y los judíos cantan los versículos más tristes de la Biblia = Lamentaciones.

Hermanos, tenemos que aprender mucho de nuestros hermanos mayores.

Dios les había dado los Diez Mandamientos, una Ley sencilla. Sin embargo, los judíos lo complicaron todo.

Algo salió mal.

La Ley era buena. Era un medio para llegar a Dios. ¿Qué pasó? = Los judíos se concentraron en la Ley y se olvidaron de Dios.

Ellos decían “Yo doy US$5 al Templo, entonces no tengo obligación de ayudar a mis padres. Esa es la Ley. Yo hago sólo lo que dice la Ley”.

Otros decían “Yo no ayudo a personas asaltadas, que están tiradas en el suelo, en día Sábado. Esa es la Ley. Yo hago sólo lo que dice la Ley”.

Los judíos se sentían seguros porque cumplían la Ley, aunque el corazón de ellos estuviera vacío.

¿Saben qué pasó? Vino el Enemigo y ZAS! = Les tumbó el Templo de Jerusalén.

El Templo de Jerusalén se había vuelto un culto vacío, se cumplía la Ley, se hacían los sacrificios de vacas, pero el corazón de los judíos estaba endurecido.

Eso mismo nos puede pasar a nosotros.

Son los que dicen “Yo voy a Misa los Domingos por 30 minutos viendo el techo. Yo ya cumplí. Yo hago sólo lo que dice la Ley”.

O como dicen los protestantes “Yo no voy a los Bingos de Beneficencia porque la Biblia no dice nada de eso. Yo hago sólo lo que dice la Biblia (Ley)”.

Aprendamos a los judíos. No cometamos el mismo error que cometieron ellos.

Cuidemos el Templo de Dios que es nuestro cuerpo. No endurezcamos nuestro corazón, porque puede venir el Enemigo y también nos puede tumbar el Templo.

¡Un saludo!

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