Todos conocemos el pasaje bíblico de las bodas de Caná en Galilea.
Eso está en el capítulo 2 del Evangelio según San Juan.
Hay un detalle muy importante y muy sutil del Evangelio que me gusta mucho y habla mucho de la personalidad de la Virgen María.
La Virgen María se dio cuenta que el vino se había acabado y sin perder tiempo, le avisó al Señor Jesús.
Miren ustedes = La Virgen María estaba pendiente de la boda. Ella estaba sirviendo a los invitados.
La Virgen María no estaba chismorreando, ni perdiendo el tiempo. Estaba sirviendo.
Nuestra Madre Celestial es una mujer con mucha iniciativa y mucha personalidad.
La Madre de Dios no se quedó con los brazos cruzados, ni criticando a los organizadores de la boda por su falta de tacto.
Gracias a la iniciativa de la Virgen María se dió el milagro de las bodas de Caná.
Queridos hermanos, lo mismo ocurre hoy en día.
Mamita María no ha cambiado. Ella aún tiene mucha iniciativa y personalidad.
Como ustedes saben, la Peregrinación a Cartago fue cancelada para evitar el contagio de la popularmente llamada “gripe e chancho”.
Igual que en las Bodas de Caná, nuestra Madre Celestial no se quedó con los brazos cruzados.
Como en las Bodas de Caná, la Virgen no se puso a criticar al Ministerio de Salud, como lo están haciendo muchos católicos, empezando por los sacerdotes.
La Virgen María tomó la iniciativa.
¡Como no podemos visitar a nuestra Madre del Cielo en Cartago, ella recorrerá Costa Rica en helicóptero y en automóvil!
Por primera vez en la historia, la Virgen será la que haga la romería, visitando a sus hijos en las diferentes Diócesis de Costa Rica.
Tenemos una Madre Celestial que sabe amarrarse los pantalones… o las faldas.
¡Un saludo!
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