viernes, 5 de junio de 2009

Ruach

El Domingo pasado la Iglesia celebró Pentecostés, el cumpleaños de la Iglesia.

El Espíritu Santo descendió sobre la Iglesia y se quedó con nosotros.

El Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad y es el Gran Desconocido.

Del Padre sabemos bastante. De su Hijo, el Señor Jesús sabemos bastante. ¿Pero del Espíritu Santo? Es poco lo que conocemos.

Algunas dicen que el Espíritu Santo es un poder como la electricidad. Otros dicen que es una energía. Por allá dicen que es una “fuerza activa”.

¡Y abundan los que dicen que es una paloma!

La Iglesia de Pentecostés, o sea la Iglesia Católica declara que el Espíritu Santo es Dios, Señor y Dador de Vida. Sólo Dios puede dar vida.

El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Como el Espíritu Santo es Dios, recibe Adoración y Gloria. Eso es lo que proclamamos en el Credo los Domingos en la Santa Misa.

En el Antiguo Testamento no estaba la asistencia del Espíritu Santo.

Por eso es que no se puede buscar doctrinas o enseñanzas en el Antiguo Testamento, como lo hacen nuestros hermanos protestantes.

El Espíritu Santo descendía muy raras veces sobre los Profetas. Los judíos lo llamaban “ruach”, que significa “viento”.

En el Nuevo Testamento, nosotros recibimos al Espíritu Santo en el Bautismo.

¡Cualquier niño bautizado es mucho más grande que San Juan Bautista, el Gran Profeta del Antiguo Testamento, porque tiene el Espíritu Santo!

El Espíritu Santo no es electricidad, ni energía, ni una fuerza, ni un calambre, ni una paloma, ni una batería de tres voltios.

El Espíritu Santo es DIOS.

El próximo Domingo celebraremos la fiesta de la Santísima Trinidad = Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres Personas Distintas, Un Sólo Dios Verdadero.

El Espíritu Santo se ve en un católico cuando produce frutos.

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a dar frutos.

¡Un saludo!

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