sábado, 30 de mayo de 2009

Día especial

Hoy es un día muy especial. Hoy estoy celebrando el Tercer Aniversario de mi conversión al Señor Jesús en la Iglesia Católica.

En realidad, yo lo llamaría “el inicio de mi conversión al Señor Jesús”, porque la conversión es un proceso de todos los días.

Hoy estoy cumpliendo tres años de alegrías, de sorpresas, de penas, de luchas y de decepciones desde que ingresé a la Iglesia Católica.

Soy un académico universitario, un hombre de ciencias, un intelectual formado en la mejor Universidad de mi país.

Por más de 30 años fui ateo militante. Desde hace tres años yo abandoné el ateísmo y sigo al que traspasaron y humillaron en una Cruz.

Hermanos, los ateos no son malas personas. Ellos son personas morales, tienen familias y amigos. Así como nosotros.

Ellos ríen como nosotros, lloran como nosotros y tienen aspiraciones como nosotros. Los asuntos de espiritualidad no están en su sistema.

Por eso es que hay que acercarse a ellos y que vean en nosotros los mejores creyentes que ellos hayan conocido. El Señor Jesús hará el resto.

Hoy continúo siendo un hombre de ciencias. Hoy puedo decir que soy un profesional COMPLETO, porque el Señor Jesús es mi modelo a seguir.

Hoy puedo decir que conocí al Señor Jesús, en la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

Para los grupos parroquiales interesados, yo tengo un testimonio de conversión, que he titulado “De Ateo Militante a Católico Practicante”.

Quiero agradecer a mi párroco, el Padre Francisco, a mi catequista Ruth María y a todos ustedes por la paciencia que han tenido conmigo.

Ustedes han crecido en la Iglesia Católica toda su vida. Yo no.
Ustedes han tenido a Jesús-Eucaristía toda su vida. Yo no.
Ustedes han tenido la ayuda de los sacerdotes y catequistas toda su vida. Yo no.

Vean las cosas de la Iglesia con los ojos de los conversos y van a encontrar bellezas que quizás antes no habían visto con claridad.

Por nuestra parte, los conversos queremos aprender de ustedes y quedarnos con ustedes, de los que siempre han estado en la Iglesia.

¡Un saludo!

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