martes, 12 de mayo de 2009

Otro niño

Hoy la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Pancracio de Roma, otro niño mártir de la cristiandad.

Oren por la comunidad de La Palma de Acosta donde fui de misión en la Semana Santa. La capillita está dedicada a San Pancracio.

La Palma está a casi cuatro horas en mal camino de una ciudad. Un sacerdote oficia la Santa Misa sólo una vez al mes.

Tenemos que orar para que el Padre Celestial envíe trabajadores a Su campo.

San Pancracio quedó huérfano siendo muy niño. Siendo un muchacho, los niños paganos lo arrinconaron y lo golpearon por ser católico.

El niño llegó adolorido y sangrando a su casa. Su tío le regaló un pañuelo impregnado de la sangre de su padre, que había sido muerto por su fe católica.

El tío le dijo a San Pancracio “Si estás dispuesto a recibir las humillaciones por el Señor Jesús, eres digno de llevar las reliquias de un santo”.

Aunque no lo crean, la espiritualidad de los católicos en la Iglesia Primitiva no se medía por el número de grupos parroquiales.

Tampoco se medía por los que tocaban más panderetas o los que rezaban más el Rosario.

La espiritualidad en la Iglesia Primitiva se medía por el número de mártires que estaban dispuestos a morir por el Señor Jesús.

A pesar de lo que digan los pseudo-humanistas, quiero decirles que los no-creyentes, o sea los paganos, eran personas terriblemente intolerantes.

Se decretó el exterminio de los cristianos. Nadie habla de ese genocidio. Los paganos, ni lerdos ni perezosos, señalaron a San Pancracio quien fue condenado a morir.

Allí, en plena calle, San Pancracio fue decapitado. Sólo tenía 14 años. Su crimen = Ser católico.

Queridos hermanos, las persecuciones no han acabado. Hoy en día siguen las persecuciones contra los católicos.

Lo único es que hoy son más sofisticadas y más tecnológicas. Resistan la persecución.

Tengamos la valentía de San Pancracio de recibir los desprecios y las agresiones de los paganos modernos por ser católicos.

San Pancracio, ruega por nosotros.

¡Un saludo!

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